La construcción de la Cornisa del Estacio del Puerto Tomás Maestre (y II)

0
Cuadro de precios de venta elaborado por Markimanga para cada una de las viviendas y locales construidos en Puertomenor. / DLM

Hasta el 23 de junio de 1976 no se logró llegar a un acuerdo para el inicio de las obras. Aun así Maestre se enfrentó a un serio escollo cuando una de las empresas encargadas de la construcción mostró sus reticencias a iniciar las obras sobre unos terrenos ganados al mar de los cuales aún Puertomenor no tenía titularidad jurídica.

Para la empresa el hecho de que el Estado aún no hubiera transferido a Maestre la propiedad de esos nuevos terrenos hacía difícil que los eventuales compradores pudieran conseguir créditos de cajas de ahorros sin poder contar con escritura pública que legitimara sus posesiones.

Le expresé –añade Tomás Maestre en un comunicado interno dirigido a Enrique Doval- la posibilidad de obtener el crédito de la Caja, con una fórmula de avales-puente hasta el levantamiento del acta de terminación de las obras”.

Pero la empresa seguía sin verlo claro. En otro comunicado interno fechado el 19 de mayo (un mes antes del acuerdo) Renè Leonard, responsable de la mercantil, trasladó a Maestre “…su temor sobre el problema que puede suponer el hecho de construir sin licencia, sin proyecto, sin la colaboración de los arquitectos Ligués y Sanz Magallón y especialmente sin definir la responsabilidad de los cálculos de la estructura”.

E iba más lejos. Advertía sobre “la nueva Ley del Suelo, la responsabilidad compartida entre promotor, constructor y dirección facultativa en cuanto a infracciones urbanísticas y que en caso de empezar las obras tendrían que hablar con don Tomás porque a ellos en principio les parece una temeridad empezar en estas condiciones”.

Un día más tarde, el 20 de mayo, Enrique Doval mostraba sus dudas sobre la posibilidad de llegar a ningún acuerdo a Tomás Maestre: “…cómo verás confirma mis impresiones sobre la postura reticente de Leonard en todo lo que hace referencia a este proyecto”.

No tenemos documentos que acrediten cómo se logró resolver el conflicto pero el proyecto al final se puso en marcha con pequeños retoques como una reducción «oficial» de la superficie total ocupada declarándose 1.998m2 cuando en realidad era de 3.648m2 «…como verás –señala Doval– además de no incluirse los porches y plazas se han descontado también los dos patios de las viviendas de guardas”, afirmaba a Tomás Maestre en una nota interna fechada el 1 de octubre.

En un informe confidencial de la obra (la número K-6057) aparecen desglosados los beneficios brutos que se obtendrán por zonas tras los últimos ajustes realizados en el proyecto:

• Beneficios brutos Zona Norte: 15.082.131,37 pts.
• Beneficios brutos Zona Centro: 45.462.857,84 pts.
• Beneficios brutos Zona Sur: 22.589.053,15 pts.                    Total 83.134.042,36 pts.

De su comercialización se hará cargo una empresa que creó Maestre, Markimanga S.A., “el ente –añade un documento interno fechado en Madrid el 17 de abril de 1975- que agrupa la comercialización de todas las empresas de La Manga” y que debía mantener al día el estado de las ventas y el control de cualquier operación que se llevara a cabo.

Membrete de Markimanga con las direcciones de las cuatro delegaciones que abrió en España / DLM

Por Tomás Maestre no solo debían pasar las consultas de mayor trascendencia sino que, en ocasiones, hasta se encargaba de detalles aparentemente triviales. Por ejemplo, sobre este proyecto hay un documento interno, fechado el 11 de abril de 1975 y dirigido conjuntamente a Jesús Tornero, Enrique Doval, Fernando Erviti, Guillermo Díaz del Río y Bartolomé Díaz, donde ordenaba cómo debía ser la jardinería en algunas zonas…

Mi pensamiento es poner en ella siempre verde, adelfas, palmera filífera, yucas y alguna palmera datilera; e incluso alguna platanera y planta todavía más tropical, pues la protección grande que le dará el cerramiento de la cornisa, creará un ambiente muy abrigado, cayendo hacia el agua, y para que quede totalmente tapada la propia jardinería y la rocalla, puede colgarse uña de león, que se mantiene fácilmente. Esta planta –añade en mayúsculas- por favor, que no sea borde, sino que dé la que produce flor. Debe tener un sistema de riego automático. Consultar con mi sobrino, José Maestre Maestre, sobre ese sistema de riego que él piensa colocar en la jardinera de los hoteles Doblemar y Lagoymar”.

La construcción de la Cornisa del Estacio del Puerto Tomás Maestre (I)

(Información obtenida del libro «La Manga del Mar Menor. Principales proyectos y estructura societaria», de este autor. Edlibrix 2018).