Año 1964: De cuando Valencia quiso «apropiarse» de La Manga

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La Manga tuvo muchos pretendientes en cuanto percibieron la magnitud del proyecto.
La Manga tuvo muchos pretendientes en cuanto percibieron la magnitud del proyecto. / JLD

En julio de 1963 la Administración nacional ya intuía la gran inversión que se iniciaba en La Manga y pusieron en marcha una poderosa campaña de márquetin y promoción pensando, para ello, hasta un nuevo nombre para la zona: Costa de la Luz, que abarcaría casi doscientos kilómetros de playas murcianas agrupándolas en una Mancomunidad con ese nombre.

Según la prensa de la época, se escogió ese nombre debido a…

“…esa enorme refracción del espejo rutilante de su Mar Menor, ese gran lago de aguas saladas y quietas, separado del Mediterráneo por una faja de arena de 25 kilómetros de longitud, sobre la que se está trabajando”.

Resulta significativo de la irreversibilidad del proceso urbanizador que se venía encima un comentario dejado por Andrés Bolarín en el diario ABC el 12 de agosto de 1963:

“De sus proyectos fabulosos en la Manga se extrañan y los consideran fantásticos sueños cuantos recuerdan, allá por otros años lejanos, la desolación de aquellos arenales y las pocas casas espaciadas y como perdidas en las distancias, sin luz, sin agua potable y sin habitantes”.

Y, cómo no, aparecieron muchos pretendientes ante el megalómano proyecto siendo Valencia, en 1964, quien abriría un frente por su interés en lograr que el concepto “Costa Blanca” (inscrito en octubre de ese año en el Registro de Denominaciones Geoturísticas, dependiente de la Subsecretaría de Turismo) abarcara hasta Cabo de Gata…

“…para integrar así la unidad geográfica que constituye este óvalo mediterráneo”.

Valencia logró hasta colar una orden ministerial de Información y Turismo de fecha 12 de marzo último (BOE del 27), donde se señalaba que la Costa Blanca comprendía los litorales de Alicante, Murcia y Almería hasta Cabo de Gata. En el argumentario ofrecido afirmaron que las tres provincias del Sureste “integran una unidad geográfica y económica”.

Sin embargo, la verdadera oposición estuvo en Huelva. La costa onubense se negó a cambiar el término por “Costa de las Carabelas” propuesto desde Murcia como alternativa para dejar libre el que deseaban usar los promotores de La Manga.

Al final ni “Costa de la Luz” ni “Costa Blanca”. Murcia logró preservar su identidad, a pesar de las presiones, creando una nueva años más tarde: Costa Cálida.