Ante la petición urgente de apoyo que unos días antes de la concentración se hizo a la Asociación ecologista ANSE por parte de Vicente Carrión (COAG), en representación de diversos colectivos de agricultores y regantes, para respaldar una protesta en defensa de una agricultura sostenible para la Comarca del Campo de Cartagena, y para la búsqueda de soluciones a la contaminación por nitratos del Mar Menor, la Asociación de Naturalistas del Sureste mostró su acuerdo en apoyar «la implantación de soluciones urgentes a algunos problemas de la agricultura, incluida la demanda de los trámites administrativos para la dotación de infraestructuras que contribuyeran al aprovechamiento de parte de las aguas subterráneas y a la descontaminación de salmueras de desalobración para evitar vertidos contaminantes al Mar Menor y al Mediterráneo», y denunciar la falta de actuaciones y planificación adecuada por parte de las administraciones responsables durante varias décadas, como responsable principal de los problemas actuales.
No obstante, ANSE advirtió a los organizadores que dicho apoyo «no era una carta en blanco -añade la Asociación ecologista- para reivindicar una de las demandas fundamentales desde hace años para diversos representantes del sector agrícola, como es el agua, ni el mantenimiento de superficies de regadío que van mucho más allá de la legalidad, tampoco nuevos trasvases entre cuencas ni otras reivindicaciones al margen de las medidas relacionadas con la mejora de la situación del Mar Menor».
ANSE y la protesta en Murcia
Según ANSE ella no ha formado parte de las entidades convocantes de la concentración, como ha aparecido en diversos medios, ni tampoco convocó la rueda de prensa que el día de ayer fue anunciada desde la organización de la concentración para informar de las negociaciones con el delegado del Gobierno y el Ministerio «en las que no hemos participado», han añadido.
«La Asociación sigue opinando que una superficie razonable de agricultura intensiva en la Comarca del Campo de Cartagena puede y debe ser compatible con un estado favorable de conservación en el Mar Menor, siempre y cuando se apliquen las medidas adecuadas de producción limpia en origen, y se pongan en práctica soluciones reales (filtros verdes, plantas de desnitrificación, setos, etc) en el tratamiento de las aguas de drenaje y salmueras, evitando la contaminación de acuíferos y cauces que drenan hacia el Mar Menor y el Mediterráneo».
ANSE opina igualmente que la falta de coordinación administrativa entre el Ministerio de Medio Ambiente y la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, son en gran medida «responsables de la lenta incorporación de medidas efectivas para la solución de la mayor parte de los problemas ambientales del Mar Menor y su entorno, como venimos denunciando desde hace más de dos décadas, pero también ha sido evidente la falta de implicación del sector durante demasiado tiempo en la búsqueda y aplicación de dichas soluciones, actitud que ha cambiado de forma radical tras la grave situación del Mar Menor durante el último año».
«La concentración de los agricultores durante esta semana en la ciudad de Murcia ha sido, sobre todo, una demostración de la insostenibilidad del modelo agrícola actual del Campo de Cartagena, propiciado, sin duda, por años de ineficacia e incompetencia de los gobernantes responsables, y por un crecimiento desmesurado, mucho más allá de los recursos hídricos disponibles. Cuando ya todos asumimos la burbuja inmobiliaria, nadie quiere oír hablar de la burbuja del regadío, ni de la necesaria adaptación del sector a unos recursos hídricos razonables, ni de la necesaria renuncia a parte de los beneficios de todos los sectores para recuperar el Mar Menor y su entorno, etc. Todos estos problemas no se solucionan solamente con más agua e infraestructuras».
«La asociación -concluye ANSE- seguirá apoyando las peticiones razonables de este y de otros sectores económicos que sean compatibles con la conservación y recuperación de los valores naturales del Mar Menor y su entorno, pero espera que ese apoyo no sea utilizado para plantear otras cuestiones que no han sido discutidas ni consensuadas en un proceso de díálogo previo.
