La CARM, con dinero de la UE, abre Isla Grosa a la «práctica controlada del buceo»

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Imagen de la instalación que la CARM está realizando alrededor de isla Grosa para convertirla en atractivo turístico.
Imagen de la instalación que la CARM está realizando alrededor de isla Grosa para convertirla en atractivo turístico. / CARM

La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente ha comenzado los trabajos de instalación de un fondeadero con anclajes ecológicos en el entorno marino de la Isla Grosa y El Farallón, además de diversos puntos de amarre ecológicos «para la práctica controlada del buceo», compuesto en su totalidad por treinta boyas.

Los trabajos consistirán en la colocación de 25 boyas distribuidas a lo largo de dos líneas de 300 metros en la cara oeste de Isla Grosa y fuera de los límites de la zona de amortiguación de 300 metros de radio de perímetro alrededor de la citada isla. También se instalarán cinco boyas destinadas al amarre de embarcaciones dedicadas a la práctica del buceo.

Las boyas estarán dotadas de un sistema de anclaje ecológico conocido como «Manta Ray», un sistema que evita arrastres en el fondo marino con el fin de evitar posibles daños a las praderas de vegetación marina.

El importe total de las actuaciones es de 59.993 euros, cofinanciado con fondos europeos Feder prácticamente en su totalidad (un 80 por ciento).

El objetivo de estas actuaciones, según la CARM, «es hacer compatible la conservación de la pradera de Posidonia oceánica del fondo con la práctica del buceo y otras actividades recreativas».

«La pradera de Posidonia oceánica se extiende densa, homogénea y con un estado de conservación óptimo. La presencia de esta vegetación marina beneficia la existencia de una gran diversidad de especies y una excelente calidad de las aguas que atrae a un creciente número de personas».

La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente es la encargada de ejercer las labores de vigilancia y control de las actividades subacuáticas y recreativas en estas islas «para minimizar el efecto de las más de seis mil embarcaciones que anualmente navegan en dicho entorno y que pueden poner en riesgo la conservación de la biodiversidad en este espacio natural protegido, declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC)».

1 Comentario

  1. Decisión cuanto menos controvertida, por cuanto mientras la inversión en vigilancia permanente (24horas) continúa recortada, se decide abrir los preciosos fondos de ISLA GROSA y su Farallón al bucéo recreativo.
    Algo no me cuadra. Buceo recreativo sí, pero con máxima seguridad y vigilancia. Hacen falta más y mejores medios que vigilen en la zona protegida de Islas Hormigas y la Isla Grosa para controlar el buceo ilegal y pesca furtiva que tanto daño están haciendo.