Nuestros primeros cien días

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Editorial

Hoy hace cien días que empezó Diario de La Manga.

Es una fecha muy simbólica en política. Suele ser el periodo de cortesía que los grupos de la oposición dejan al nuevo gobierno para que vayan haciéndose a la idea del lío en el que se han metido.

Y nosotros decidimos fijarlo como periodo de referencia para ver el grado de aceptación del proyecto entre los vecinos de La Manga, Cabo de Palos y Los Belones. Si la cosa no cuajaba lo cerrábamos.

Cien días son pocos, es cierto, pero permite atisbar la tendencia. Y a fecha de hoy hemos logrado consolidar una media de tres a cinco noticias diarias de elaboración propia relacionadas con la zona con treinta mil visitas medias mensuales y picos diarios, a veces, de casi tres mil.

Pero más que cifras quizás a tí, querido lector, te interesen otras cosas. Por ejemplo, ¿habéis tenido ya “presiones” para publicar o no una noticia? ¿qué tal con los políticos?

Pues en solo tres meses ya hemos vivido situaciones que podrían parecer propias de medios fuertes y consolidados. De hecho, estamos tratando de sobrellevarlas como mejor podemos dada nuestra bisoñez aunque, indudablemente, son buenos indicadores de que “se nos toma en serio” o, al menos, aceptan que podamos tener algún grado de influencia en la opinión pública de la zona.

Ya hemos recibido curiosas peticiones como la de promocionar algunos negocios, convirtiendo en noticia lo que no sería más que publicidad pura y dura (evidentemente, no leyeron nuestra Política Editorial —o nos confunden con community managers—), o de algunos azorados vecinos tratando de tapar sus problemas pidiéndonos que no publiquemos noticias que les atañía a cambio de algún que otro banner publicitario… Afortunadamente para ellos, y ante nuestra negativa, luego vimos cómo alguna siempre generosa y servil prensa escrita regional cumplió debidamente con ese objetivo: lo publicaron (no podían no publicar algo noticiable) pero lo camuflaron hábilmente dentro de otra noticia inventada a doble página donde se exaltaba lo contrario. Interesante estrategia periodística de la que tomamos nota para cuando tengamos que manipular sin que se note.

Somos sobornables, por supuesto, pero aún no han llegado a nuestro caché 😉

Hemos aprendido hasta que hay otras curiosas fuentes de ingresos en este mundillo de la Prensa: pseudoperiodistas que se ofrecen a personajes públicos necesitados de “lavar su imagen” para ponerlos en valor sacándolos en los papeles ensalzando su figura. Conocemos algún caso en Cartagena y un intento en La Manga que no cuajó porque el supuesto beneficiario se negó en redondo.

Aunque desde luego, al margen de estas anécdotas intrascendentes, lo más entretenido es el contacto diario con la clase política.

Normalmente los políticos, lo primero que hacen, es tratar de averiguar quién está detrás del medio que empieza a molestarlos con llamadas. Y, cuando no lo saben, se lo inventan. Es el caso de algún ilustre cartagenero, de afamado cargo, que no ha dudado en acusarnos de representar a la “derechona más fascista de Cabo de Palos”. Al menos le agradecemos que lo haya hecho en petit comité y sin cámaras delante. Así nos ahorramos tener que dar explicaciones en La Sexta, Cuatro o Antena 3 de sus comentarios.

Aunque, bien pensado, quizás nos hubiera convenido.

A los de San Javier, sin embargo, les vale con saber que no somos los “perroflautas antisistema más radicales de Cabo de Palos” a pesar de haber criticado ya, en varias ocasiones, la dejadez de este Ayuntamiento para con sus vecinos contribuyentes de La Manga Norte lugar donde, paradójicamente, se recauda el sesenta por ciento de su presupuesto municipal.

Recordarles esto no les gusta. Pero se hacen los tontos con una sonrisa forzada…  y lo saben.

Y aún hay algo que les molesta más a todos ellos, sean del color que sean: que no les fusilemos sus notas de prensa. Crearon los gabinetes para intentar controlar lo que llegaba a la opinión pública y no entienden cómo perdemos el tiempo reinterpretando lo que ya nos dan por escrito, cómo les suprimimos los párrafos de autobombo o cómo nos entretenemos buscando el verdadero titular escondido en la nota.

Cien días son pocos, es cierto, pero ya hemos conseguido un par de objetivos fundamentales: ser constantes en la publicación diaria de noticias de elaboración propia y que empecéis a usarnos para conocer la realidad de la zona.

Siguiente objetivo: que algún día podamos cobrar algo los cuatro pringaos por las horas que le dedicamos a DLM.

Pero no tenemos prisa.