«Las colonias de la Cruz Roja», otro grupo de niños que visitaban en verano Cabo de Palos (II)

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Imagen publicada en el diario La Vanguardia donde aparecen los "hijos de los camilleros de la Cruz Roja" merendando antes de partir a Cabo de Palos en 1933. / JLD

Durante su estancia  en el poblado, en verano de 1930, no pararon de recibir regalos y presentes…

“Muchas familias de la localidad y casi todos los veraneantes en dicha playa… …no cesan de enviar a los colonos frutas, dulces y pasteles, que son recibidos con la natural alegría de los pequeñuelos.

Últimamente, fueron obsequiados por una misteriosa donante, cuyo nombre vamos a dar publicidad, aun a trueque de saber que con ello herimos su innata modestia.

Antoñita Martínez Milelire, la encantadora joven que une a su peregrina belleza una gran bondad y un cariño sin límites hacia los niños, ha tenido el generoso rasgo –no extraño por tratarse de ella- de enviar a los chicos de la colonia varias cajas de dulces y galletas y una colección de cuentos instructivos.

La simpática atención de la generosa señorita fue acogida con gran júbilo y alborozo por los pequeñuelos, bendiciendo el nombre de la bienhechora.”

Y la prensa continuaba dando noticias a sus lectores sobre la vida de la colonia en Cabo de Palos:

En Cabo de Palos, la maravillosa playa menos conocida de lo que se merece por sus excelentes condiciones naturales y la bondad de sus aguas, siempre apacibles y serenas, continua veraneando la Colonia escolar de la Cruz Roja.

La vida tranquila en contacto pleno con la naturaleza, ha hecho que se verifique en los niños un cambio sorprendente en su constitución física, ganando en robustez y alegría y demostrándose con ello los muchos beneficios que estas Colonias reportan a la infancia.

En las horas que el baño, la gimnasia y demás deportes les deja libres, se dedican a recorrer los sitios más pintorescos de la costa, admirando mucho los niños el panorama que se ofrece desde la llamada ‘Cala Medina’, donde recogieron un numeroso botín de chapas y caracolas”.

Hicieron también una visita a la Estación de Radiotelegrafía, y el jefe de la misma, don Ángel Rojas, dióles ligeras lecciones de telegrafía óptica para la cual les repartió unos banderines de señales.”

El próximo domingo darán por terminado su veraneo estos niños que, por ser hijos de obreros caritativos, cual los afiliados a la benemérita Institución de la Cruz Roja, bien acreedores son a la protección de las personas pudientes.”

Por fin, el 13 de agosto, volvieron a Cartagena…

“Por la tarde tuvo lugar en la Escuela el acto de despedida entre los colonos y los niños de Cabo de Palos.

Finalizó el acto con unas palabras de don José María de Velasco, que expresó la gratitud de la Cruz Roja hacia todos los veraneantes, por las innumerables atenciones que de ellos han recibido los pequeños colonos.

Todos los oradores fueron aplaudidísimos, terminándose el sencillo y emocionante acto con vivas a España, la Cruz Roja y Cabo de Palos.

A las siete emprendieron el regreso, siendo despedidos por el pueblo en masa”.

El gesto del ex diputado, Joaquín Payá, con la colonia veraniega de la Cruz Roja no cayó en saco roto y,el 20 de agosto de ese mismo año, los miembros integrantes de la institución no tardaron en organizar en Cabo de Palos la entrega de una de las más altas condecoración al ilustre veraneante:

“En Cabo de Palos, donde veranea con su familia el ex diputado don Joaquín Payá, le fue entregada por una comisión de la Cruz Roja Cartagenera, formada por los señores Velasco, Cebada, Bonet, Ripoll y Alcayna, las insignias de la Medalla de Oro que la ha sido concedida por S.M. la Reina Victoria, augusta Presidenta de esta Institución, en recompensa a su generoso comportamiento con la Colonia escolar que ha veraneado en dicha playa”.

Todos estos artículos están basados en información recopilada en el libro “De Cabo de Palos a La Manga del Mar Menor. Del siglo XV al XX” (Edlibrix, 2016 -segunda edición-).