Salvador Rueda, precursor del Modernismo literario español, y Emilio Carrère visitaron Cabo de Palos

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El poeta malagueño Salvador Rueda conoció Cabo de Palos en 1912 / JLD

En diciembre de 1911 pasó una temporada en Cabo de Palos el que se considera precursor del Modernismo literario español, Salvador Rueda, invitado por el empresario minero Antonio Espinosa.

Según contó Rueda, quien no dudó en afirmar que, aquí, los versos «salían solos», marchó a Cabo de Palos para concluir un poema dramático que iba a representar. «El glorioso poeta terminará en Cabo de Palos -añade la prensa de la época- un poema dramático que será estrenado por la compañía Guerrero-Mendoza».

Miguel Pelayo narró la estancia del malagueño en Cabo de Palos…

“En las playas de Cabo de Palos, Salvador Rueda, que es tan enamorado del color como del ritmo, moja sus pinceles en el arco iris y sustenta en el alma el gusto por el ritmo embriagándose con las armonías del mar; hace versos sin querer, como Ovidio y de su espíritu vidente huye espontáneo un manantial de poseía que animará genialmente su obra definitiva: un poema dramático de brava concepción, del que estamos pendientes los que tenemos fé en este supremo artista.

El poeta español halló en las bellas playas levantinas la ingenua admiración, el agasajo apasionado de gentes modestas cuya rústica bondad hace sonreír patriarcalmente el cantar de los humildes y de los sanos de corazón, y la bizarra esplendidez, cien veces española, del rico minero D. Antonio Espinosa que hospedó regiamente al poeta-rey.

Gustosamente haría de Cabo de Palos su residencia ordinaria este mágico poeta ¡con cuanto placer viviría aquí! Exclama Rueda, soñando en una casita suya y sencilla que pone su blancura y su coquetería de paloma junto a la maravilla azul del mar.”Los versos se escriben aquí ‘ellos solos’, dice el poeta, y se desborda en exaltadas efusiones para Cabo de Palos, para sus nobles gentes, para sus espumas, para su cielo, para sus gaviotas, en una explosión de amor a todo, a seres y a cosas, que inflama su corazón optimista en el que late el genio de la casta».

La prensa se hizo eco hasta de su despedida del poblado en febrero de 1912: «El insigne poeta marcha complacidísimo de los entusiastas agasajos de que ha sido objeto por parte de sus numerosos admiradores».

Caricatura de Emilio Carrère y otros bohemios en el Café Valera de Madrid. / JLD

Al margen de la ya conocida estancia de Miguel Hernández, invitado por Carmen Conde en 1935, también es posible documentar la estancia unos días en el poblado, en abril de 1926, del poeta madrileño Emilio Carrère, perteneciente al denominado «decadentismo modernista». Carrère fue invitado a Cabo de Palos aprovechando que asistió a una fiesta literaria en el Gran Hotel de Cartagena. Se le ofreció una comida en Cabo de Palos, donde…

“…permanecerá hasta el miércoles o jueves, marchando después a Albacete, donde tomará parte en otra fiesta literaria.”