8 de mayo…

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Los talleres de El Vivero configuraron el primer núcleo industrial de La Manga en 1965. / DLM

…de 1965:

Con este título aparece un nuevo y extenso artículo en la prensa nacional cantando las excelencias de la costa murciana y, por supuesto, de sus promotores…

“Ha sido una verdadera suerte que la visión anticipada de los propietarios de La Manga no haya permitido un desorden en la construcción de edificaciones en esta bellísima y luminosa zona, como por desgracia ha ocurrido en otras partes. Su homogeneidad y, ¿por qué no decirlo?, su virginidad en cuanto a su explotación, han permitido, al arrancar de cero en su promoción turística, diseñar unas muy acertadas urbanizaciones, modelo de un eficaz sentido moderno de funcionalismo y comercialización. Son seis los centros que han solicitado la declaración de interés turístico en el Mar Menor, a saber: Urmenor, Ribenor y Lo Menor, en La Manga; Urdomesa, en la Playa Honda del Mar Menor; Playa Nova, en la finca de Lo Poyo, en San Ginés de la Jara, e Ininsa, en el camping ‘Los Alcázares’, en las proximidades de Los Urrutias.

La inteligente publicidad que sus promotores han proyectado en periódicos y revistas extranjeras, principalmente del vecino país galo, están dando ya sus frutos y la primer habitante de la lengua arenosa de La Manga, afincada por virtud de un anuncio de ‘L’Aurore’, ha sido la doctora Buhr Marinesco, una rumana nacionalizada francesa, habiéndose iniciado ya un verdadero diluvio de solicitaciones.

Para darse una idea de la importancia de este complejo turístico, citaremos algunos datos globales del plan de edificaciones de La Manga: la superficie  construida será de 583.090 metros cuadrados, de los que 215.353 corresponden a los doce núcleos previstos en los once kilómetros de paseo marítimo, en la autopista que la iniciativa privada ha abierto ya a su cargo, con sus correspondientes y modernos puntos de luz. Está prevista la construcción de 5.242 apartamentos, 147 bungalows, 101 viviendas particulares de lujo, 453 viviendas permanentes, 2.422 habitaciones en 26 grandes hoteles con tres torres de 21 plantas y 1.480 habitaciones en pensiones; previéndose un puerto para yates de recreo, clubs náuticos, campo de golf e incluso una pequeña plaza de toros en forma de embudo, helipuerto, galerías comerciales, restaurantes con cocina clásica y típicas, residencias aisladas uni y pluri familiares, bares, ‘boites’, mercados, garajes, locales de espectáculos, centros culturales y recreativos, industrias de artesanía, dos pueblos pesqueros (El Estacio y El Pedrucho), etc., calculadas todas estas urbanizaciones para una población de 32.000 habitantes en 288 hectáreas de superficie.

Como en la orilla de este mar, y dadas sus excepcionales e inmejorables condiciones de serenidad atmosférica, que permiten volar durante todo el año, se halla emplazada la Academia General del Aire, las autoridades de dicho Departamento han autorizado, al parecer, la utilización de sus instalaciones y soberbias pistas de despegue-aterrizaje de 2.700 metros de longitud, fuera del curso de enseñanza de vuelo, cuyas vacaciones coinciden con la temporada veraniega, la más interesante desde el punto de vista turístico receptivo.”

Esta y otras efemérides están recogidas en el libro De Cabo de Palos a La Manga del Mar Menor. Del siglo XV al XX, de José Luis Domínguez.

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