La Manga y La Belleza

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Curioso que cuando hablamos de “La Belleza” inconscientemente todos pensemos en la belleza de una mujer, un paisaje natural, un pájaro o un cuadro.

Quiero hablar de otra belleza, otra definición mucho más amplia. «Nunca había visto nada comparable a La Manga, un lugar mágico. Y allí estaba yo solo, en un duna infinita en mitad de dos mares».

Estas son las palabras de mi padre sobre La Manga después de su primera visita.
Siempre luchó por mejorar la vida, la pequeña y diaria, cotidiana, o la grande que nos rodea.

Intentó con sus proyectos salvar hasta las dunas. Esa arena que parecía un valor inservible, esa circulación donde la persona tenga preferencia ante la máquina, donde el ruido de la fealdad sea el menor posible y se esconda, donde nuestra mirada encuentre belleza donde descansar,

Donde la razón encuentre su sitio, su espacio vital, su hábitat natural y su causa de ser.
Hay libros enteros sobre el concepto de belleza, muy sabio, muy impresionante en su ilustración, pero si me dejáis hacer una recomendación personal, me quedo con las palabras y la música de Luis Eduardo Aute en la maravilla de canción llamada así, “La Belleza” con mayúsculas.

Esos sueños que hubieron en los años sesenta, movimientos culturales que envolvía la vida, esa lucha por un mundo mejor, más hermoso, más igualitario, y con el poder de la razón, es un sueño donde todavía luchamos muchos, seguimos en las trincheras de las batallas donde la educación de la persona cree su propia libertad.

Leo con mucha tristeza todos los problemas medioambientales de La Manga, con preocupación la indiferencia de muchos, la torpeza de otros, y sigo en mi combate personal de ser buscadora de mi poder personal, de no dejarme manejar, de saber que en mis manos tengo mucho poder.

Todos mis actos son importantes, aunque sean individuales, mi movimiento personal tiene el poder que nadie puede quitarme, está en mi actitud, en mi mente, y en mi razón.
El movimiento racionalista es mucho más que un movimiento arquitectónico, o cultural.
“Corriente constructiva desarrollada en Europa en los años treinta que conjuga lo estético con lo funcional”

Esta es la definición en un diccionario, pero es algo mucho más complejo, evidentemente.
Si tenemos que convivir todos, con nuestras contradicciones individualistas, busquemos las soluciones más sabias, con más futuro, para nosotros como individuos, pero también para nuestra comunidad. ¿Cuál es nuestro poder individual? Algo tan fácil, y tan complicado como nuestras actitudes diarias. Todos, al final, a todos, les interesan nuestros actos individuales, buscan nuestro voto, nuestro consumo, nuestra atención, cambiar nuestros hábitos de vida.

Intentan llegar a nosotros de todas las formas posibles, por la imagen, por la moda, por la televisión, por la música, nada es inocuo, nada es inocente o inofensivo.

Pero si simplemente les damos la espalda, los ignoramos, no los escuchamos, cambiamos de hábitos y aprendemos a ser más libres, a buscar alternativas que mejoren nuestra vida, nos volvemos en poderosos, muy poderosos.

Si buscamos reconstruir nuestra vida cotidiana en activismo, en una lucha por mejorar nuestro entorno, tendrán que escuchar. Sabemos los cambios que han tenido que hacer grandes empresas, grandes corporaciones cuando los consumidores han dicho no a un producto o a una marca. Gastan fortunas en limpiar su nombre corporativo, hasta cambian de nombre, para limpiar sus productos.

Esa puede ser nuestra trinchera, nuestra actitud y aptitud. Que gasten ese dinero en limpiar nuestra vida, nuestra mirada, nuestro entorno. Busquemos ese dinero que poseen en nuestra vida. Premiemos a quien lo haga bien, e ignoremos a quien llene nuestra vida de fealdad.

Si nos volvemos activistas, si luchamos por nuestras playas, nuestros mares, en este mágico lugar, en plural, nuestros entornos ,y damos la espalda a quien nos venda engaños, y basura, ruido, fealdad, o mentiras cambiarán, seguro.

Un cambio en nuestras prioridades, para los traficantes de basura, en el más amplio sentido de la palabra, es imparable.

Fijaros en pequeños ejemplos cotidianos a nuestro activismo. Es igual lo que una película haya invertido en su producción si la gente no va a verla. Un programa de televisión si lo ignoramos, cambiamos de canal, terminaran cambiando ellos.
Ese es nuestro poder. Nuestra vida. Nuestra educación y nuestra búsqueda personal de la Belleza.

Difícil crearla, definirla, pero todos la reconocemos cuando la vemos.