Un As en La Manga (y II)

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Fotografía de Lothar von Arnauld de la Perière
Fotografía de Lothar von Arnauld de la Perière. / JB

A las 4:30 del 13 de Octubre de 1917, a seis millas la NE de Cabo de Palos, el U-35 acecha al vapor británico Alavi, de 3627 toneladas, en ruta de Génova a Cartagena, al mando del capitán Williams. El U-35 abre fuego sobre el vapor que maniobra para embestir al submarino. Sin embargo, a pesar del valeroso intento de su capitán, las numerosas bajas (trece muertos), impiden alcanzar al submarino y el Alavi se va a pique. El U-35 recoge a tres supervivientes que serán transbordados al pesquero San Juan. Los cincuenta restantes tripulantes serían recatados por el pesquero Juan Cruz. El valeroso capitán Williams, gravemente herido, fue desembarcado en Cartagena y llevado al hospital.

Arnauld permaneció en la zona y no tardó en avistar otro buque, el vapor italiano Doris, de 3939 toneladas, en tránsito desde Clyde a Génova, con una carga de carbón y barriles de benzina, siendo torpedeado y hundido.

La suerte estaba aquel día de parte del U-35, ya que, a las señales de socorro del Doris, acudió el vapor italiano Lilla, de 2819 toneladas y que hacía la misma ruta que el Doris. Hacia las 23:00, un nuevo torpedo acabaría con este buque mientras efectuaba las labores de rescate de la tripulación del Doris.

A las 00:40 de la mañana siguiente, el U-35 avista, a seis millas a l NEE de Cabo de Palos al vapor armado griego Despina G. Michalinos, de 2851 toneladas. El buque navega oscurecido y Arnauld lanza un torpedo que impacta y obliga a la tripulación a abandonar el buque. A las 02:55, la dotación del U-35 aborda el buque y recupera su documentación, abandonando rápidamente la zona al escuchar los mensajes radiados por el buque mientras se hunde.

Tras estos afortunados días, el U-35 pondrá rumbo al Estrecho de Gibraltar, dejando una estela de muerte y destrucción.

Al final de la guerra, el U-35 había hundido 226 buques, con un total de 538.498 toneladas, y dañado a otros 10. Bajo el mando de Arnauld de la Perière, el U-35 había hundido 446.708 toneladas de buques, convirtiéndole en el as de los submarinos alemanes de la Primera Guerra Mundial.

Pero no acabaría aquí la relación de este marino con España. El 3 de Enero de 1929, el entonces fregattenkapitän, al mando del crucero ligero Emden, llegaba nuevamente a Cartagena y rendía un impresionante homenaje ante el mausoleo del teniente de navío Isaac Peral y Caballero.

En 1931 se iniciaron las pruebas de mar del submarino E-1 (Echevarrieta-1), construido en los Astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz, un submarino construido con la supervisión de una empresa holandesa, tapadera de los astilleros alemanes, que tenían prohibida la construcción de submarinos por el tratado de Versalles.

Estas pruebas de mar serían realizadas por dotaciones de submarinistas alemanes al mando de Arnauld de la Perière. Al ser rechazado por la Armada Española y por mediación de Arnauld, este submarino fue vendido a la Armada Turca, sirviendo con el nombre de Gür.